jueves, 12 de junio de 2008

La Misión de Sara (Campo de Batalla)

Por el periscopio del submarino logre ver que se trataban de criaturas bastante extrañas, su forma era aerodinámica aunque su cuerpo estaba cubierto por un hirsuto de pelo lo que impedía ver su forma real, no obstante, eran muy ágiles y estuvieron nadando alrededor de la nave durante todo el día. Era el sexto y último día de viaje y esos monstruos aún rondaban al submarino hasta que de pronto se lanzaron contra este haciendo que el capitán perdiera el control y se estrellara contra una gran formación de roca. Que resultó ser la organización que buscábamos.

Ahora omitiré la parte donde nos infiltramos a la base ya que después de estrellarnos la nave explotó cobrando la vida de la mitad de la tripulación y por suerte mi equipo, el capitán y un par de marineros nos logramos poner a salvo pero luego perdí el conocimiento.

Como ya dije, no narraré la forma de cómo nos infiltramos pero una vez dentro encontramos un mapa de la base en la entrada la cual tenía dos pisos, ahora estábamos en el segundo y la prisión estaba aquí. Debíamos recorrer unas cuantas habitaciones y un largo pasillo para llegar a nuestro objetivo, lógicamente este último corredor debía de estar vigilado por cientos de guardias.

-Sí queremos escapar tendríamos que neutralizarlos a todos - dijo Sofía.
-No disponemos de otra opción - agregó Alonso.
-Disponemos de municiones limitadas, compañero - apuntó Rodrigo.
-Entonces hay que lograr pasar desapercibidos - dije.
-Es probable que dispongamos de las recargas que usan los soldados enemigos - objetó Alonso -en las batallas siempre es así.
-Pero eso es cuando sabemos el tipo de armas que usan - contradije.
-Lo tengo - dijo de ponto Marcela que había estado callada por el momento - no tenemos que usar la fuerza bruta, hay que usar la estrategia.
-Y de que manera - protestó Sofía - ellos conocen el lugar mejor que nosotros y son más numerosos.
-Pero, por ejemplo, si estos tipos disponen de granadas ¿Nunca se te ocurrió dispararles en estas con tu rifle?
-Buen punto colega.
-Es cosa de usar el ingenio, yo podría minar una puerta que necesitemos derribar pero hacemos un ruido y llamamos la atención de los enemigos y matamos dos pájaros de un tiro.
-Me gusta esa idea - dije de repente- como dijo la zapador: Debemos matar dos pájaros de un tiro. Capitán - me dirigí a él - usted no se puede quedar aquí, pronto le dispondremos de una arma, además sin su profesión no podríamos escapar de aquí.
-No hay problema, además tengo mi fiable cuchillo para defensa personal.

Nos adentramos y vimos un par de soldados patrullando bajo la luz de dos lámparas. Rodrigo se acercó sigilosamente y con su pistola silenciador apagó las dos luces, rápidamente los apuñalamos en la oscuridad y Rodrigo junto con Alonso se pusieron sus trajes y se quedaron con su identificación. La mayoría de los cuartos los pasamos así, usando nuestro puñales de una u otra forma hasta que llegamos al gran corredor y como predije este pasillo estaba lleno de soldados, entre estos un nido de metralleta, estaban decididos a proteger la prisión a todo costo, y al fondo doblaba hacia la izquierda donde estaba nuestro objetivo.

-Ageses - dije para reunirlos - este va a ser el peor trayecto que hemos de realizar, recuerden que cada uno vino para rescatar a los demás a sea por dar su propia vida, estos terroristas no deben saber el verdadero propósito de Orgam ¿Entendido? Bien. Es hora de hacer un plan.
-Yo tengo una idea - dijo Alonso - si me hago de ese nido de ametralladora los cubriré. Sofía te necesito en un punto alto para que hagas lo mejor que sabes hacer. Sara y Rodrigo vendrán conmigo iremos a llamar la atención en otro extremo mientras Marcela implanta detonadores en las torres principales.
-Pero eso va a llamar demasiado la atención - objetó Rodrigo - y nos pueden atacar por distintos francos.
-Entonces tendrá que ser rápido.
-A la orden - dijimos al unísono.
-Capitán - agregue - usted tendrá que esconderse en algún lado, su vida es primordial para poder escapar de este lugar, si se encuentra en apuros entréguese, nosotros le rescataremos. ¡Ageses! ¡En marcha!

Esperamos a que Sofía se hiciera de un lugar en altura con el rifle que había inventado yo, según ella era el que más se parecía a su Dragunov ya que representaba sus orígenes rusos. Esperamos su señal y cuando eliminó al tipo de la gran metralla nos lanzamos hacia allá y Marcela tomó su rumbo tal como estaba acordado y al capitán no se le veía por ningún lado. De pronto vimos que Marcela corriendo hacia acá fue alcanzada por un disparo.

-Sofía, responde - dije por radio - Sofía ¿estas ahí?.

No hubo señal, la debieron de haber alcanzado también. De pronto un gran ejercito se aproximó hacia nosotros pero fueron neutralizados por las trampas de la zapador. Le dije a Alonso que iría a ver el puesto de la francotiradora pero no había rastro alguno. Después de que mi artillero hubo acabado, Rodrigo se acercó al cuerpo de Marcela, no había caso, estaba muerta, él tomó su detonador e hizo explotar las torres de comunicación y seguimos nuestro rumbo antes de que más refuerzos nos pudieran alcanzar. Llegamos a la puerta que estaba frente a la prisión y Rodrigo dijo que como teníamos dos bajas y no había rastro del capitán debíamos pedir apoyo y así lo intentamos pero había mucha interferencia la cual debía de ser provocada por el gran campo magnético en este famoso Triángulo de la Bermudas.
Ahora sólo nos quedaba un paso para el rescate y luego buscar un forma de escape. Alonso agarró la manilla de la puerta y apenas la abrió sufrió un disparo en la frente, rápidamente ambos tomamos nuestras armas y vimos al capitán con un arma de fuego y a nuestro colega Alejandro amarrado y amordazado. El capitán nos apuntaba a mí y a mi amigo, mientras yo y mi colega le apuntábamos a él.

-¡Exijo una explicación, capitán! - repuse.
-¡¿Qué significa todo esto?! - agrego mi compañero.
-Esta bien, les contaré todo. Hace seis años yo era un simple civil que luego de la explosión atómica en Santiago de nueva Extremadura. Yo junto con otros hombres sobrevivimos a la radiación y por eso esta organización conocida como Borm nos incluyó para armar un ejército contra Orgam ya que ellos provocaron la tragedia...
-¡Eso es falso! - interrumpí -Orgam nunca haría eso.
-...Nosotros tratamos de descubrir la forma en que hicieron eso y me mandaron a mí a espiar, así que me adentré trabajar como capitán de uno de sus submarinos y le puse "Santiago de nueva Extremadura" ya que ese hecho me marcó para siempre. Planeé el secuestro para sacar la información pero para mi mala suerte tres de los cuatro se suicidaron con cianuro pero a este - dijo señalando a mi amigo - se le cayó la píldora en el trayecto, el problema es que este tipo es más callado que una rata y por un momento pensamos que era mudo hasta que lo torturamos y lo hicimos gritar, le hemos cortado un dedo, lo hemos castrado, le hemos sacado el cabello a la fuerza y aún así no ha hablado nada. A lo mejor si amenazamos a su amiguita nos puede decir algo - y le quitó la cinta de la boca - Y bien señor Alejandro, díganos algo o liquidaré a su amiga...
-No tan rápido -dijo Rodrigo mientras apuntaba al capitán- yo también estoy aquí y no dejaré que nadie haga nada.
-Cállate estúpido. Los mataré a los tres... ¡Bum!

En eso había entrado Sofía la cual tenía un corte muy profundo en su brazo y le había disparado al traidor. Rodrigo se había acercado a ella para tratar de curarla mientras nos decía:

-Ese canalla subió para tratar de matarme, me defendí con el brazo, le di un culatazo y escapé dejando mi radio atrás. Después vi a Marcela que yacía muerta en el suelo mientras ustedes luchaban allá y me di cuenta que había fallado en mi labor, de pronto me fijé que el capitán corría hacía la puerta y me escondí en los alrededores liquidando a los guardias junto con los demás soldados. Al rato me ganó la herida y caí inconsciente, cuando desperté vi la puerta abierta y el cadáver de Alonso en ella, me adentré y maté al traidor.
-¡Hey! Muchachos -dijo una voz al otro lado de la habitación - muy conmovedora su historia pero fui torturado y aún permanezco atado.

Era Alejandro y muy feliz fui a desamarrarlo, después tal como nos había dicho el capitán le faltaba el dedo índice de su mano derecha.

-Veo que has sufrido mucho - le comenté.
-Así es, pero de eso nos preocupamos después, debemos escapar de aquí y conozco la salida perfecta. En el primer piso se encuentra la sala de evacuación en caso de emergencia y no sé ustedes pero yo creo que estamos en una emergencia - dijo con su tono gracioso y agregó - eso sí esta muy bien protegida así que dame un arma, para mi suerte soy zurdo.

El Escape

Detrás de la prisión había un ascensor hacia en primer piso y nos abrimos paso a través de la gran base submarina.

-Aquí es - repuso mi amigo.

Entramos y había un pelotón que nos superaba el doble en número. Nos repartimos tareas de una forma parecida a la última vez. Después de una batalla de algo que me pareció cerca de treinta minutos íbamos a abordar un submarino sin antes secuestrar a un capitán de estos, pero se nos presentó otro infortunio. Un sujeto bastante alto, de tez ligeramente morena, arropado con un abrigo largo lleno de medallas y con un suspicaz acento boliviano se presento rodeado de otro pelotón mucho mayor al anterior.

-Veo que los Ageses de Orgam están muy bien entrenados. Me presento, soy Evaristo Morán y soy el jefe de toda esta organización conocida como Borm. Puedo ver que usted señorita Sara está al mando de esta expedición así que le propondré algo, sí quiere vivir tiene dos opciones: unirse a mí junto con sus compañeros, o matar a sus colegas y regresar a su base con la misión fracasada y que no vuelvan a interponerse en mi camino, en caso contrario ustedes serán torturados hasta enloquecer.

-Sara - dijo Rodrigo - creo que deberíamos discutir este asunto ¿Nos permite hacerlo General Morán?
-Que sea rápido.
-Es mejor morir - propuso Rodrigo - que nos maten a todos, luego vendrá otro escuadrón a vengarnos.
-Debimos pedir refuerzos - se lamentó Sofía.
-Lo hicimos - le respondí - y voto por que nos maten todos.
-Colegas - dijo Alejandro- es mejor que Sara nos mate.
-¡¿Qué?! - respondimos al unísono.
-Así ella podrá contar la versión para que puedan desarmar esta banda terrorista.
-Estoy de acuerdo.
-Yo igual.
-¿Y tú Sara?

Me quedé pensando ¿cómo yo iba a matar a mis colegas y peor aún a mi mejor amigo?

-Es lo único que podemos hacer - prosiguió Alejandro.
-Tienen 5 segundos para decidirse - refunfuño el General.
-Esta bien lo haré - me decidí con un con mi remordimiento y agregué - General Evaristo Morán, hemos tomado una decisión: Mataré a mis compañeros.
-Has elegido una muy buena opción, ahora toma tu arma mujer y ¡fusílales la sien a tus amigos!

Ellos se pusieron de rodillas y yo con todo el remordimiento del mundo empecé a dispararle empezando por Rodrigo quien me dijo: Hasta luego jefa. Luego por Sofía: Has sido una buena jefa y compañera, te extrañaré. Y por último a mi amigo, ambos estábamos llorando. No puedo hacerlo le dije. Sé que puedes me respondió y mientras las lágrimas recorrían mis mejillas me empeñé por halar el gatillo y en eso entró un submarino con el símbolo de Orgam, pero cuando ellos salieron de la nave yo ya había disparado a mi amigo. Horas después todo Orgam se movilizaba por la base y en eso mi General me dijo:

-Agese Sara4115 esta bajo arresto por el código 8.965 de traición: asesinar a todo su equipo.

Yo me quede callada y me limité a afirmar con la cabeza.

-Como usted sabe esto significa que será ejecutada dentro de un año ¿Tiene algo que decir?.

Simplemente moví la cabeza en gesto de negativa.

-Acompáñeme.

Esa es la historia de como murió mi amigo Alejandro. A mis 32 años de edad espero que estas palabras que escribo en la cárcel sirvan por lo menos para redimir mi conciencia y mi alma, ya no me queda más que esperar al amanecer mi ejecución: Ser lanzada al vacío del espacio.

Fin


1 comentario:

Anonymous dijo...

O_o