Me fui a bañar con la única idea en mi cabeza de que era un muy mal sueño. Me miré en el espejo desnudo y me dije “Fue una pesadilla, mi contacto con la gente nativa ha sido constante no me debo preocupar ahora”
“Voy a desayunar afuera mamá” le dije desde la puerta y salí a buscar a Soledad para informarle de mis vagos hallazgos. Le dije que había hablado con Ramón Ugarte y que se había separado de Alejandra.
-¿Tienes alguna idea de lo que puedo hacer?
-No sé ¿qué hacen los detectives comúnmente?
-¿Qué se yo? No soy detective privado, sólo hago mi mejor esfuerzo. Quizás si revise sus cosas pueda encontrar algo ¿Puedo?
-Adelante, mis padres no están, fueron a Puerto Montt a ver a unos tíos, les dije que me quedaría para ver si aparece Ale.
Su habitación estaba totalmente ordenada ¿ella durmió aquí la noche antes de la desaparición? Pregunté. Me respondió afirmativamente, y que ella era muy ordenada. Empecé por revisar sus cajones, cartas, revistas, libros y un montón de papeles. Encontré una nota que decía “Buen Lugar” en una boleta de almacén en la calle Los Carreras. ¿Qué es este almacén? Ese almacén está enfrente de un salón de juegos, mi hermana y yo solíamos pasar allí, me respondió.
Me dirigí a ese lugar de juegos y no tardé en darme cuenta que desentonaba un treintañero entre tantos jóvenes de veinte a quince años. Les mostré a varios jóvenes la foto de Alejandra y me respondían que sí la habían visto, de hecho decían que seguía viniendo aquí, obviamente se referían a Soledad. Hasta que una chiquilla que no soltaba el koyac que tenía en la boca me dijo que esa chica solía venir con una gemela y pero ahora sólo viene ella, dijo indicando la foto. Le dije que ella estaba desaparecida y que la gemela era la que venía. La chiquilla lo negó.
-Nop, porque yo si me fijo bien en la gente, soy muy observadora, soy mujer.
-Y ¿Cómo sabes que la que viene es la chica de la foto?
-Porque la chica de la foto se arregla constantemente, su hermana no.
-No le veo relevancia al uso de maquillaje.
-Entonces lo más probable es que dejó de pintarse porque está triste o deprimida.
-No comprendo.
-Quizás se arregle y maquille menos -dijo como hablando para sí -pero una mujer como ella siempre se le veía conversando con harta gente y pinchando con varios locos.
-¿Y su hermana?
-¿Es rati que me está interrogando?
-Para nada, trabajo por mi cuenta, soy detective privado.
-Bien señor “detective”-hizo harto énfasis en la palabra detective como si no me creyera o como si no creyera que existiesen- la hermana era más bien ñoña y rara, dicen que cuando se consiguió un pololo este la dejó porque no era una chica normal, se la pasaba en los videojuegos compitiendo contra los hombres. Ningún hombre querría a una mujer que se parezca a un hombre, eso sería raro.
-Interesante ¿se maquillaba la hermana?
-Nop.
-¿Cómo te llamas chiquilla?
-Naty, ¿Por qué? ¿Me va a dar crédito en esta “investigación”? –de nuevo el mismo tono en la palabra investigación.
-Nop, pero quizás me hayas ayudado a salvar una o un par de vidas.
Le di las gracias más ciento cincuenta pesos para que se comprase otro koyac. Llamé a mi cliente por fono y le pedí que nos juntáramos en el mismo café donde nos conocimos para unas preguntas ¿Qué más le puedo decir? Me dijo. Muchas cosas respondí yo, y apúrese, después ese café se llena.
-Ahora ya me tiene aquí, por favor dígame lo que ha averiguado.
-He averiguado mucho, señorita.
-Apúrese que me tiene nerviosa, estoy preocupada por Ale.
-Por Soledad querrá decir.
-¿Qué está insinuando?
-Lo curioso es que fue una chiquilla media loca la que me ayudó a darme cuenta. Esta muchacha –dije apuntando a la foto- es igual a usted, algo obvio, gran manera de cubrir a una hermana haciéndose pasar por ella. La diferencia radica en la actitud y los hábitos. Los cuales se pueden imitar, pero nunca igualar, el maquillaje de “Alejandra” en el cartel es bien pobre comparado con el que tú ocupas. Lo más probable es que se trate de una foto donde ella te reemplazaba. En el fondo tú eres Alejandra, y cuando tu hermana, quién no tenía la misma capacidad de sociabilizar que tú huyó luego de que su novio la abandonó. Sin embargo no conozco a su novio, tú me dijiste que era el tal Ramón Ugarte, pero ese fue pareja tuya, Alejandra. Ahora Soledad escapó o quizás el pololo le hizo algo sin que nadie supiera. Me imagino que tus padres no sabían que ella había comenzado una relación, ¿o sí?
-No, ellos no sabían, tampoco saben. Soledad tenía miedo de que nuestra madre interfiriera o de que la gente se riera de no poder sociabilizar y si se enteraban de que había comenzado una relación, la gente estaría esperando la ruptura para reírse de ella. Traté de protegerla, si en el fondo el tema era buscar a una persona con el mismo físico que yo.
-Pero la gente no estaba interesada, porque veía a la chica del cartel transitar y caminar sin ningún problema por las calles, a los únicos que tenías que engañar eran tus padres y quizás a sus copuchentas y mal habladas amigas. Ahora, Alejandra, que ha quedado claro todo esto, necesito saber ¿Dónde está Soledad?
-Ya le dije que no sé.
-Entonces necesito que me cuentes todo de nuevo, la historia completa, desde principio a fin. Pero ahora con la verdad y nombres verdaderos.
-Ok, pero vamos a mi casa, mis padres llegan mañana.
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