martes, 20 de julio de 2010
A veces creo...
A veces pienso y me pregunto para qué estoy en el mundo y con la furia, la voz y el entusiasmo de las almas recogidas de amigos me respondo: ¿Qué chucha importa? Lo importante es ser feliz, con lo que sea que te haga feliz siempre y cuando sientas que ese vacío insaciable en tu interior se llene ínfimamente. Nunca busques más, la felicidad es un montaña empinada en 90º a escalar y sólo aquellos que se conforman con poca altura serán más felices que tú y tienes que saber que si eres feliz sólo llegando a la cima te caerás mil y un veces a ese pozo sin fondo llamado angustia. A la vida le gusta jugar con nosotros, nos entrega el amor y nos lo quita queriéndolo desear aún más o fingir que no lo necesitas cuando en el fondo de tu cuerpo sientes que tu corazón se seca. Pero que importa! si la realidad la hago yo! Es difícil pensar que este mundo no gira alrededor tuyo, puedes ver como todo se ve afectado según tus desiciones, según tu manera de ver las cosas, ¡los colores!, lo que dices e incluso lo que tocas. Cada uno es su Rey Midas y el oro tiene muchas formas, después de todo, la alquimia vive en el aire y se mezcla junto con la magia en las multiples dimensiones en esta esfera llamada Universo. Lees un libro y te sientes protagonista de un mundo que sabes que no vivirás jamás, pero eso te hace soñar, te hace reir y te hace llorar. Lloras por la muerte de un niño como si fuera tu hermano o quizás como si fuera tu hijo. Abres tu mente y los libros te hacen ver cosas que nunca pasaron, que no pasan y que no pasarán, pero en el fondo de tu alma sabes que todo es posible, pues tu alma es parte de la energía que mueve al Universo, un Universo que se compone por todos y por ninguno, por magia y por ciencia, por realidad y fantasía, y solo pòr mí.
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