Existen cosas que las ciencias empíricas, la filosofía, el esoterismo e incluso pueden explicar lo que sucedía en ese momento. Si alguien hubiera podido ver esas auras seguramente quedaría ciego por la mezcla de colores insólitos. Hay cosas que no son fáciles de explicar, no es fácil explicarle a un niño pequeño de donde viene, no es fácil comunicarle a un hijo que es adoptado, no es fácil decirle a alguien que se ha muerto su madre y tampoco es fácil describir esta situación. Jano tenía una mezcla de sentimientos encontrados, de muerte, de pena, de furia, de alegría, de esperanza que entraron a una juguera, se mezclaron y quedaron en forma de un brebaje de sabor asqueroso e intomable, sin embargo debía hacerlo. Los detalles de lo que pasó entonces son tan confusos que los involucrados tienen versiones muy distintas y contradictorias entre sí. No obstante después de leer y recopilar todas aquellas cartas, misivas y respuestas, se ha podido llegar a la siguiente conclusión en la cual todos coinciden: Esto no era parte de la realidad. Relataré a continuación.
Jano, por los ojos lanzaba rayos de furia; por la boca se escapaba un llanto; por las rodillas, temblores; por los puños, agresión; y por sus brazos esperanza.
Jano levantó la mirada, abrió los brazos y dijo: Mátame.
Él hombre rió. Todos rieron. Los muchachos miraron a su amigo.
Borges lo agarró por ambos brazos, lo tiró al suelo y se amarró a la espalda, luego añadió: No vamos a matarte, primero te aprovecharemos a ti y a tu compañía.
Se los llevaron a todos, sin antes estos pelear, sacudirse, incluso escupir a la cara de estos monstruos gigantes y nadie sabe si fue por acto de magia o decisión del destino que Valentina huyó. Corrió, salió de la casa y continuó corriendo hasta perderse en el bosque sin darse cuenta de que nadie la perseguía y sin percatarse de que de un momento a otro logró quitarle el libraco al gigante ese.
Si Dios existe, tiene piedad por estos chiquillos. Y si no existe no se me ocurre otra forma de explicar lo sucedido. Quizás fue magia o cosas del destino. Pero es algo en que todos mis relatores coincidían y también coincidieron en que eso no fue real a pesar de que Valentina de verdad logró huir.
Luego de preguntarse cómo es que logró aquella bíblica hazaña y no encontrar respuesta trato de idear algo que le pudiera de servir de ayuda a sus compañeros y a sí misma. Lo único que pudo hacer es hacer lo que mejor sabe hacer, leer. Tomó el libro y apenas lo abrió comenzó a llover, intentó refugiarse en un lado que nunca existió y luego de vagar durante diez minutos que le parecieron eternos cesó de llover. Sabía que debía pedir ayuda, pero no sabía dónde ni a quién. Estaban en un lugar donde ni el Chapulín Colorado los hubiera encontrado. Miró al cielo como pidiéndole ayuda a las estrellas y como son amigas muy confiables hasta para los marineros Valentina logró divisar una curios constelación de estrellas que apuntaba hacia el sur, ella miró y logró distinguir un pequeño brillo de luz entre los árboles. Se dirigió hacia la costa de la isleta para vislumbrarla mejor. Vio unas siluetas, pero pudo reconocer una silueta maciza y alta, sacó su teléfono y llamó a Hernán, un viejo amigo de Alejandro.
1 comentario:
Esta es, por lejos, la mejor.
Pd.-
López: "Estoy empezando a escribir una nueva historia. Es de marcianos que violan niños para obtener superpoderes, hasta que uno se rebela y obtiene dichos poderes"
Huaiki:"Y como todas tus historias la dejarás a medias y no la terminarás"
López:"Nah"
Huaiki:"Seh. Nunca terminas ninguna historia"
López:"Quizás tengas razón. ¿En qué capítulo de Orión vas?¿de qué se trata, por cierto?"
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