domingo, 9 de agosto de 2009
Orion XVI
Llegaron al tercer piso de la mansión donde pasaron a una habitación sin puerta donde habían desparramados una cantidad ingente de libros con hojas arrancadas y periódicos pegados a las paredes, al igual que la planta anterior habían antorchas pero ésta vez eran mucho más escasas, era una habitación gigantesca. Valentina la comparó con la biblioteca de Borges pero sin esos enormes estantes, de hecho todo revuelto y confuso, el tratar de buscar algo llevaría toda una eternidad. Caminaron entre todos los libros y hojas pegadas, pero la muchacha lectora se apresuró en leer algunos títulos y se decepcionó al ver que estaban en otros idiomas o que el polvo y la humedad del aire los volvieron ilegibles. Sin embargo le llamó la atención un librote que estaba sobre la única mesa a la vista y la página que estaba abierta ilustraba una fotografía de la constelación de Orión junto con sus coordenadas, en la plana adyacente se encontraba la del Escorpión pero en lugar de las coordenadas habían unos garabatos de una letra muy desordenada e incomprensible. A Valentina le llamó mucho la atención hasta el punto de recoger y llevarse el libro, pero cuando Esteban la llamó por su nombre de pila volvió a la realidad. Sin embargo se guardó el libro debajo de la chaqueta de modo que no se le cayera y siguieron por la habitación hasta topar con una puerta cerrada de tal manera que si se quería atravesar habría que hacerla explotar. Encontraron otra puerta que curiosamente estaba en mucho mejor estado que el resto de la casa, de hecho parecía nueva y recién barnizada mientras que por debajo se escapaba un hilo de luz bastante fuerte de modo que se puede dar cuenta de que realmente hay alguien ahí, lo único fuera de lugar fue que al lado izquierdo del marco estaba escrito con sangre la frase: NO ENTRAR SI LA LUZ ESTÁ PRENDIDA, REUNIÓN DE LOS ESCORPIONES.
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